sábado, 5 de septiembre de 2009

CUIDADOS BASICOS DE LAS ENREDADERAS



Tutores: si colocas tutores permanentes, deben estar bien firmes a la pared. Una forma es mediante tarugos y tornillos gruesos y también con grillas fabricadas especialmente que servirán para ese propósito y sobre las que se van atando las guías a medida que crecen.

Poda: las enredaderas no siempre tienen un crecimiento parejo. Esto significa que muchas veces se desarrollan, por ejemplo, más en la parte superior que en la inferior. Cuando esto sucede adquieren un aspecto desprolijo.

También puede ocurrir que las ramas incursionen en terrenos prohibidos, como techos, chapas, tejas, ventanas o desagües, causando daños imprevistos. En todas estas situaciones es necesario practicar podas teniendo en cuenta la época de floración y crecimiento para que se aproveche mejor el trabajo.

Riegos: pueden ser semanales o quincenales. La frecuencia dependerá de la estación del año y el tipo de suelo. Deben realizarse durante los dos primeros años de vida.

Hormigas: efectuar un control periódico.

Mantenimiento de hoyas o palanganas: deben mantenerse limpias para evitar las lastimaduras con las bordeadoras, además de mejorar la absolción de agua y nutrientes.

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