miércoles, 15 de abril de 2009
LOS NIÑOS EN EL JARDIN
Los niños se sienten atraídos por la naturaleza y, por tanto, por el jardín, ya que los espacios verdes estimulan enormemente sus sentidos. Aunque no siempre resulta muy práctico el que los pequeños quieran ayudar, hay suficientes maneras de disfrutar trabajando en el jardín con tu hijo. Reserva una parcelita en especial para los más pequeños, con partes separadas donde puedan cavar, juguetear o montar en bicicleta. Señala por medio de una clara separación que los arriates de flores y plantas no son lugares para jugar y así te ahorrarás más de un disgusto.
El césped es apto, por excelencia, para que los niños se diviertan y descansen. Como el sol intenso puede ser perjudicial para las pieles sensibles de los pequeños, ocúpate de que haya suficiente sombra, por ejemplo, de un árbol o una reja que forme un tejadillo con la ayuda de trepadoras. Si ocupa demasiado espacio, una sombrilla es entonces la solución.
Además, tus hijos pueden montar en bicicleta por sendas empedradas, mientras que un recipiente grande con arena les ofrece un lugar donde sí les está permitido cavar. Es aconsejable que el espacio de juego sea bien visible desde la casa.
Si eres un poco habilidoso, también puede ser divertido hacer junto con los niños un comedero o una casita para los pájaros, o incluso un espantapájaros. No se trata de que éste asuste a las aves de verdad, ya que justamente éstas se alimentan de orugas, babosas y pulgones, y son, por lo tanto, muy valiosas.
0-2 años:
Los más pequeños todavía no pueden trabajar en el jardín, pero sí que pueden disfrutar de la suavidad del césped en su piel, de los olores y colores de las flores y, por supuesto, del sabor de las frutas y verduras del huerto, si lo tienes. Cuando son un poquito más mayores pueden aprender, por ejemplo, que las fresas rojas ya se pueden coger, y que las verdes todavía no.
2-3 años:
Los niños de esta edad están capacitados para ayudar a regar las plantas. Otra tarea entretenida para ellos es quitar las malas hierbas. Conviene que estos trabajos los hagas junto con tu hijo, para que puedas controlar si está cuidando bien de los vegetales o no.
4-5 años:
Desde los 4 años más o menos, están listos para empezar a sembrar semillas. Los girasoles y las calabazas son muy apropiados, no sólo porque su simiente es muy grande y, por lo tanto, fácil de manejar, sino también porque la planta adquiere enormes proporciones, lo que apela mucho a la imaginación de los niños.
Háblale también a tu hijo de la utilidad de algunos animales del jardín; las lombrices mullen la tierra y la hacen fértil, y las larvas de crisopas y mariquitas se alimentan de grandes cantidades de pulgón verde. También los ciempiés son unos 'salteadores' muy útiles.
Más de 6 años:
Ésta es una buena edad para crear un pequeño jardín propio, sobre todo si el niño ya tiene alguna experiencia ayudando en el parterre. Si tu parcela no es lo suficientemente grande para hacerlo, las jardineras pueden ser una buena alternativa. Lo importante es que el niño lo haga solo y tenga su propia responsabilidad.
Aunque es bueno dar consejos y ayuda cuando el niño lo pide, hemos de evitar en lo posible las intromisiones, aunque éstas tengan buenas intenciones. Los jóvenes jardineros y jardineras también necesitan los útiles adecuados para su pequeño rincón verde. Una agradable circunstancia es que si tu hijo no come muy bien, a lo mejor muestra más interés por lo que hay en su plato si los alimentos provienen de su propio huerto.
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