viernes, 20 de febrero de 2009
Cómo incluir frutales en el jardín
Los árboles frutales son unos agradecidos habitantes de los jardines. Su colorido y su aroma harán de nuestro pequeño vergel un lugar mucho más agradable.
Estas plantas son, posiblemente, las más útiles y prácticas que hay.
Además de ser productivos, pueden ser muy decorativos, proporcionando espectaculares floraciones en primavera. Teniendo árboles propios, se pueden cubrir las necesidades familiares de fruta fácilmente.
Si se cultivan con esmero, se puede conseguir, año tras año, una mayor cantidad de fruta.
Existen múltiples clases que son recomendadas para su cultivo en zonas ajardinadas dependiendo del clima.
Un gran número de posibilidades de combinación
Para saber primero cómo llevar a cabo el cultivo de frutales en el jardín, debemos tener claro la cantidad y cuáles son las mejores soluciones para terrenos pequeños.
Teniendo esto en cuenta, existen tres situaciones que podemos encontrarnos: hacer un huerto de frutales, un jardín con frutales o un pequeño jardín.
Un huerto de frutales es una posibilidad en la que optamos por cultivar un gran número de árboles. Si es así, es mejor que dejemos una zona especialmente reservada dentro del jardín.
Es preferible que no mezclemos frutales y hortalizas por la abundancia de raíces. Durante el invierno, sí se podrán plantar guisantes y lechugas tempranas bajo los árboles.
En el caso de decidir que solamente queremos incluir algunos árboles de este tipo, el jardín con frutales es otra posibilidad. La función de esta clase de plantas en jardines cambia, ya que es tanto ornamental como productiva.
Al plantarlos, podemos ubicarlos de diferentes formas. Una posibilidad es por grupos de varios ejemplares. Si finalmente nos decidimos por los grupos, es recomendable combinar especies como perales, melocotoneros y granados.
Los resultados que obtendremos serán maravillosos ya que las especies mencionadas coexisten muy bien juntas.
Ejemplares aislados
En otras ocasiones en las que no se quiere tener varios ejemplares, podemos encontrar algún ejemplar aislado de frutal, que generalmente ocupará un lugar privilegiado dentro del jardín doméstico. Suelen ser higueras, olivos, nogales... un frutal maduro, raro, o podado de manera exótica, es uno de los focos protagonistas de nuestra pequeña zona verde. Hileras de árboles, macetas aisladas… son muchas las posibilidades de disposición de estas plantas a lo largo y ancho de todo el terreno disponible.
Los jardines pequeños también pueden incluir algún ejemplar de frutal a pesar de no tener mucho espacio. Las posibilidades que podemos barajar son el cultivo de árboles injertados con patrones enanizantes o escoger variedades poco vigorosas. La poda también nos puede ayudar a distribuir mejor el espacio, ya que la mayoría de las especies admiten la poda hacia formas planas.
No esperes más y dale una nota de color a tu jardín. Cultiva frutales siguiendo estas simples indicaciones y lograrás aportarle mucha más vida y colorido a tu pequeño oasis.
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